1001viviendaCuando la cooperativa comienza a escriturar las viviendas, pide a los socios en baja, tiempo y paciencia, diciéndoles que lo suyo ya se resolverá, lo que es falso el 99% de las veces.

Ya que la única forma es que “entre” un nuevo socio, en nuestro lugar, lo que es difícil, ya que la vivienda tiene un precio por encima de mercado, y que además, la Cooperativa deber respetar ese ingreso, y no destinarlo a cuestiones mas “urgentes”. (Pago de honorarios de la Gestora, del arquitecto, algún extra que haya surgido en la obra o en la documentación y permisos etc son los más recurrentes, ya que antes de pedir una derrama a los socios, usan este dinero).

En este momento el interés de la Gestora, del Consejo Rector y de los cooperativistas en alta, es adjudicarse la vivienda, y salirse/abandonar la cooperativa, de la que ya han obtenido lo que querían, dejando al resto “colgados”.

El socio que ha solicitado la baja se encuentra con un dinero entregado que no puede recuperar, ya que la cooperativa no tiene dinero, tan sólo las viviendas que nadie ha querido escriturar, y que además están hipotecas, por encima de su valor actual de mercado.

Así que la cooperativa adjudica las viviendas, alarga unas “negociaciones” con los socios en baja, hasta que al final les propone darles los únicos que le queda, las viviendas que nadie quiere con sus hipotecas o… nada.

Si la cooperativa actúa honestamente, presentará un concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos), en donde el cooperativista en baja será un acreedor más, y como no hay dinero EL COOPERATIVISTA PERDERÁ TODO LO PAGADO Y NO PODRÁ HACER NADA.

Sin embargo, hay una fórmula para evitar y limitar este resultado.

Parte en primer lugar de no creernos nada de lo que diga ni la cooperativa, ni el consejo rector, ni la gestora. Cualquier plazo, negociación y/o acuerdo, parte de que nos garanticen el pago, con avales, personalmente… del modo que sea. Si ellos no nos aportan nada, nosotros no debemos aportar nuestro “tiempo” para que ellos puedan adjudicar las viviendas.

En segundo lugar, hay que ser proactivos. Tomar las riendas de la situación. Y como estamos «fuera” de la cooperativa, debemos hacerlo pidiéndolo a los Jueces.

El objeto es garantizar, en lo posible y al máximo, que nos devuelvan el dinero.

Y para eso tenemos dos vías, solicitar una medida cautelar, para evitar que la cooperativa disponga de su patrimonio en contra de nuestro dinero dado a cuenta, o presentar un concurso necesario de acreedores, que nos permita tomar el control de la cooperativa, estar informados, y que todas las actuaciones estén supervisadas por nuestro abogado y por la Administracion Concursal, además así, la cuarta parte de nuestro crédito será “preferente”.

Aurelio Delgado Hueso
Abogado ICAV
Administrador Concursal
Master en Derecho Concursal, UPV

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